Así es, nos hemos quedado embarazados en pleno estado de alarma. Esto ha tenido sus cosas buenas y, como podéis imaginaros, sus cosas malas.
Las más difíciles han tenido que ver con ir a médicos, tener que entrar sola a consulta y, sin duda alguna, la gestión de emociones en los duros momentos que hemos pasado. Las mejores, han tenido que ver con el teletrabajo y la capacidad para organizarnos en este tiempo.
El primer trimestre no siempre es agradable, o al menos en mi caso no lo fue. De las personas cercanas que conozco embarazadas, creo que puedo distinguir tres casos principales:
- Las que no se enteran: evidentemente siempre tienen algún síntoma, pero no son las que peor lo pasan ni de lejos.
- Las que peor lo pasan: y sí, hablo de vómitos principalmente.
- Las intermedias: aquí me encuentro yo. Sin vómitos, pero con un constante malestar y náuseas que me hicieron que el pan tostado fuera la base de mi «alimentación», y que perdiera varios kilos (a parte de días malísimos).
Claro que hay muchos matices, pero creo que todas nos podemos poner en un lugar de manera principal.
La invisibilidad del primer trimestre
Casi de la noche a la mañana pasas a ser un rastrojo, y sin poder visibilizarlo. Seguramente no se lo hayas dicho a muchos amigos, ni en el trabajo. No tienes una barriga que reclame atención. Y, sin duda, el mundo (tu mundo) sigue moviéndose.
Mañanas en las que no puedes casi sentarte en un ordenador. Días en los que no sabes si vas a poder almorzar o qué. Planes que tienes que cancelar porque «no sabes cómo te vas a encontrar». Citas médicas que no quieres explicar demasiado.
Confieso que soy una afortunada, ya que he podido organizar mis tareas y aprovechar los días de máxima productividad para poder gestionar mis tareas. Es más, hemos lanzado una campaña integral con unos resultados asombrosos.
Los días que peor me encontraba siempre pensaba… ¿cómo lo hacen las personas que están en la peor situación? ¿cómo lo hacen las personas que tienen que ir físicamente a la oficina? Toda mi admiración. Yo he hecho lo que he podido en una situación muy ventajosa.
¿Cómo podríamos evitarlo?
Lanzo una pregunta que desafortunadamente no tiene respuesta: ¿cómo podemos visibilizar los síntomas del primer trimestre? No tengo constancia de bajas médicas en estos casos, pero sin duda deberían poder darse de una manera más ligera. O al menos poder teletrabajar para poder estar en casa y descansar o comer cuando lo necesitas. En concreto no me refiero a mi caso, sino a muchas mujeres que tienen que ir en mal estado a trabajar.
El primer trimestre no es sencillo para muchas personas. Y creo que es el más invisible, en el que tenemos más miedo de poder decir «estoy embarazada».
¿Cómo viviste tú el primer trimestre? Te leo en comentarios.
Foto de Negocios creado por yanalya – www.freepik.es
Hola Clara,
Ya somos dos en la misma situación. La verdad que el teletrabajo me ha ayudado mucho ya que literalmente, me dormía sentada. No he tenido vómitos, pero como tu, bastantes náuseas y poder levantarme, comer algo, y descansar cuando lo he necesitado me ha sido de gran ayuda. Sé que en presencial hubiese sido una tortura. Hoy cumplo semana 12, y ha sido un respiro! Me siento mejor y la tranquilidad ha llegado a mi vida, vivía con pánico a que en una visita sola al médico me dijeran que había ido mal y allí sola afrontarlo. Ahora sigue igual la situación, pero por lo menos algo más tranquila.
Espero que todo te vaya muy bien y me quedo a leerte. Gracias por darle visibilidad al estar “embarazada en pandemia”.
<3
Sin duda el tema de dar la baja en el primer trimestre o incentivar el teletrabajo durante todo el embarazo debería ser algo que saliese a conversación con más frecuencia. Un abrazo enorme y espero que vaya bien ese embarazo : )
La baja en el primer trimestre (o en cualquiera) te la dan siempre que tus síntomas sean incompatibles con el trabajo, en principio, no debería haber problema.
Sí, pero no cobras el 100%… lo cual considero que es un poco injusto en materia de discriminación… ¿no crees?
Además del secretismo que existe ene l primer trimestre por miedo (en muchas empresas) de las repercusiones que tenga a medio plazo.