El año de Gabriel

2021 para mi ha sido el año de Gabriel. Un año en el que acabo agradecida, muy cansada y con unas ganas enormes de vivir lo que el 2022 tiene que ofrecernos (y sí, ahora puedo hablar en plural).

Aunque los años empiecen a contar el día 1 de enero, para mi todo empezó el 12 de enero, tras haberme pasado 4 días de la mayor tormenta de nieve que recordamos en Madrid entre el hospital, un hotel y contracciones incesantes. Tuve un parto maravilloso, respetado, natural, salvaje y sin anestesia… que acabo con Gabi en mis brazos.

Los inicios nunca fueron sencillos y, cuando volvimos a casa nos tuvimos que acostumbrar a vivir entre cajas temporalmente, sobrellevando el síndrome del nido (cuando no tienes nido), aprendiendo de lo que significó para mi el postparto y comiendo lo que (afortunadamente) me había dejado cocinado antes del parto.

Ya sabíamos que los primeros meses íbamos a dormir pocos, pero pese a los muchisísísímos libros que me había leído (y que recomendaría leer durante el embarazo), nos hicimos expertos en lactancia de fórmula y en los temidos cólicos que nos hicieron pasarlo tan mal al principio.

Los meses pasaron y empezamos a llevar una agradable rutina de paseos y mimos. Pasamos la regresión del sueño de los cuatro meses sin mucho drama, jugamos a todas horas y me di cuenta que mi historia de maternidad tendía más al positivismo que a la negatividad.

Llegaron tus primeras vacaciones (que se juntaron con el inicio de la alimentación complementaria). Yo tenía muy claro por dónde empezar el BLW mixto, pero es verdad que hubo muchas cosas que aprendí sobre la marcha.

La vuelta en septiembre se nos empezó a hacer bola… se acercaba el final de la exogestación con el inicio de la escuela infantil y los virus empezaron a llegar a casa (y todavía no se han ido). Acabamos unos días ingresados en el hospital y se nos empezaron a trastocar rutinas y horarios de sueño.

Sobre esta última etapa he hablado poco en el blog, porque siento que aun tengo que cerrarla para poder explicar qué ha pasado y cómo lo he vivido. Lo puedo resumir en regresión del sueño eterna (y seguimos), estancamiento en el peso, hipotonía central que nos ha causado un poco de retraso motor y virus, muchos virus.

Entre este tren de nubes y sombras, tuve la suerte de ganar el premio al mejor blog de embarazo y crianza de Madresfera. En este podcast os cuento un poco más lo que ha significado para mi.

No puedo decir que esté siendo sencillo, porque el cansando se une a la conciliación imposible. Pero sí que el amor que sentimos hacia Gabi hace que movamos montañas para ser verle feliz (y que así haremos siempre).

Y pese a todo, no tengo ninguna duda: El 2021 ha sido el mejor año de mi vida. No sabéis las ganas que tengo de descubrir más mundo a su lado.

Categories Maternidad

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