Decir que las redes sociales y en general las nuevas tecnologías han cambiado la forma en la que gestionamos la comunicación me parece una vuelta al 2011 en lo que al mensaje se refiere. Prefiero decir que los distintos sectores se están adaptando poco a poco a esta realidad.
Las marcas y los periodistas creo que han sido de los principales y están muy cerca de cumplir esta adaptación (lo sé, hay excepciones). La política también ha saltado, aunque a día de hoy seguimos encontrando que líderes como Bill Clinton han entrado (por fin) en Twitter o que veamos muchas, muchas, muchas, muchas y muchas malas prácticas.
Otros sectores como la salud, del que estoy aprendiendo mucho últimamente por cosas como la clase que di en teku el otro día, veo que está en plena expansión y adaptación con grandes pioneros y muchos blogs que ya hablan sobre esto (y llevan tiempo haciéndolo). Perdonadme por mi ignorancia, puede que consideréis algo distinto cuando hablo de este sector, es una percepción personal motivada por un aprendizaje reciente.
Aun hay mucho por hacer, y creo que en la educación no se está poniendo suficiente empeño. Sí, save the children tiene una acción chula y sé que hay gente que en las aulas hace esfuerzos. Que los últimos datos de la V Oleada del Observatorio de Redes Sociales hable de un rejuvenecimiento de twittear (un 70% de los usuarios de tuenti tienen Twitter) me da miedo. Me da miedo que no sepan gestionar su comunicación siendo jóvenes y que nadie les pueda orientar.
Es cierto que los niveles de privacidad han cambiado mucho. Donde antes existía una vida profesional y una personal ahora considero que existen tres niveles: vida profesional, vida pública y vida privada. La frontera entre vida pública y vida privada es la que alguien debe enseñarles. No quiero tener que mandar esa carta al futuro presidente del gobierno que escribí hace tiempo. No quiero volver a retomar el debate de Elena Valenciano, pero sí que es cierto que alguien debe explicarle a esos niños cómo defenderse de las amenazas y su madre os aseguro que no será la que lo haga.
Más allá de la gestión de la privacidad (que es relevante) siento que en las escuelas no se hace demasiado en general por cambiar el modelo educativo. Lo sé, estoy generalizando y posiblemente más de un profesor hará que me piten los oídos ahora mismo. Pero tengo la sensación que no han asumido que los estudiantes que tenemos ahora en las aulas, la llamada generación Z, razona y actúa de distinta manera. Hace dos años escuché una conferencia de Mónica Deza sobre neuromarketing en el que aseguraba que un estudiante de hoy en día sería capaz de pasar pruebas psicotécnicas de un piloto de avión por su gran respuesta a los distintos estímulos. Lo mismo no es tan bueno memorizando, pero ahora existe google (aun recuerdo cuando yo descubrí la enciclopedia encarta).
Habrá muchos que no estén de acuerdo conmigo, pero iniciativas como code.org me dan la razón: los niños deben aprender a programar. Seguro que muchos de vosotros no sabéis programar y sois buenos, geniales, inigualables en vuestro trabajo. Pero programar abre las puertas a la lógica en los razonamientos. Si preferís que os diga que no deben aprender a programar sino que deben mejorar la parte de lógica que se estudia en filosofía lo digo, me da igual, si quieres digo que deben aprender electrónica digital, en el fondo estoy hablando de lo mismo.
El cambio ha sido grande, se han acabado las progresiones y ha llegado un punto de inflexión. Cada uno se adapta como puede, cada sector va a un ritmo. Pero más allá de analizar lo que no estamos aprovechando hoy quiero hacer hincapié en lo que estamos descuidando, que es muy importante: nuestro futuro.
Pido disculpas a todas las personas que se dedican a la docencia y sí han adaptado su modelo educativo. También a las que creen que no hay nada que adaptar por mi atrevimiento. No me olvido de pedir perdón a todas las personas que se hayan sentido aludidas por hablar de su sector sin tener suficiente conocimiento sobre ello. Quiero dejar claro que esto es una opinión y si me he equivocado rectificaré.
Como siempre, comentarios abiertos para que me expreséis vuestra opinión.
Antes nos daban las herramientas (las suyas) y nos enseñaban a manejarlas, ahora las herramientas han superado a muchos docentes que están intentando que los chavales manejen herramientas obsoletas.
Lamentablemente, lo que está fuera de todos los currículos educativos es enseñar la herramienta más poderosa que tenemos: el pensamiento crítico. Ah, quita, que entonces se dan cuenta que la religión (entre otras cosas) no sirve para nada, vaya tontería, acabo de soltar.
Muy buen post, Clara.
Genial exposición, Clara.
Ah… y no te disculpes, creo que el tema que lanzas es una evidencia…. La evidencia de una carencia 🙂
Estoy de acuerdo con Txema en que los chavales vienen pisando fuerte y que por primera vez en la historia el modelo educativo tradicional (experiencia-sabiduría Vs juventud-ignorancia) tiembla hasta casi derrumbarse.
Recuerdo aquel profesor que siempre nos decía aquello de que la máxima nota que podíamos sacar era un 8, ya que argumentaba que el 9 era él, y nosotros nunca podríamos superarle… y el 10 el «Supremo», que simbolizaba la perfección.
En fin, pienso que, tanto enseñar a programar como promover una actitud crítica, son 2 excelentes ejemplos de desarrollo de habilidades/competencias «llave». Para mí fundamentales para poder ir abriendo puertas y crecer como persona y profesional.
Gracias Clara por abrir esta ventana a la reflexión 😉
Un saludo
Gracias a ti por unirte a la reflexión 🙂
Me parecen buenas y bien encaminadas tus reflexiones. Si bien es cierto que hay docentes que intentan cambiar la manera de enseñar, el sistema no esta adaptado a esas nuevas metodologías y las cuesta funcionar, por lo que su repercusión global es aún muy pequeña.
Por otra parte, aprovecho para lanzarte también un campo que, a mí entender estamos intentando posicionarnos en las redes, el del Trabajo Social. Iniciativas como la #BlogoTSfera (en la que participo > http://www.israelhergon.com/blogs-del-trabajo-social/) tenemos este como uno de los objetivos. Si bien es cierto que quizá aún nos falte mejorar en redes sociales (sobre todo Twitter).
P.D. Alá, ahí te lo dejo para que lo conozcas (si aún no lo habías hecho) y así hago algo de «autopromo», jejeje 😛
Autopromo siempre bien recibida 🙂 Un besote
Muy interesante, gracias por compartirlo 🙂
Querido davinci858.
Creo que la ortografía no está relacionada con la memorización. De hecho es como comparar el «aprenderse de memoria todos los términos de la tabla periódica de los elementos» con «aprender a escribir los elementos químicos» (por ponerte una analogía de ciencias).
Déjame que te haga una pregunta… ¿cuál era el objetivo de tu comentario?
Si era criticar el artículo prefiero que lo hagas directamente y con argumentos válidos. Si era criticar una falta de ortografía (de la que no me excuso) habría sido mejor que me hubieras dicho eso directamente en lugar de intertar ridiculizarme.
Creo que al menos por tener un blog y tener la valentía de mostrar mis pensamientos en abierto me merezco bastante más respeto del que acabas de mostrar.
Un saludo