Tengo un blog y no me importa el tráfico

Abrirse un blog y saber qué quieres conseguir con esta herramienta es un lujo, pero no siempre es así. Ya he dicho muchas veces que yo empecé porque alguien me dijo que «había que tener un espacio en internet», sin más objetivos, sin más estrategia, sin más.

No llevo tanto tiempo escribiendo en el blog, pero he pasado por muchas fases, desde querer vivir del blog hasta querer dejarlo. Aprovechando que es mi cumpleaños y que siempre toca reflexionar en estos días, os dejo la conclusión, tres verdades que creo que son las que rigen mi blog, mi contenido, en parte son mi filosofía sobre este tema.

Tengo un blog y no me importa el tráfico.

Y no siempre ha sido así. Ha habido momentos en los que antes de irme a dormir miraba las estadísticas para ver las visitas y si bajaban me enfadaba.

No quiero que penséis que no me importan las visitas, a un bloguero le gusta que le lean, que compartan sus post y que le comenten, pero no quiero que eso me obsesione ni que condicione el contenido (no voy a generar contenidos para que posicionen en Google, eso ya lo hacen otros y mejor que yo).

Quiero dejar claro que esto es una opción personal, no la opción acertada.

No quiero tener miles de suscriptores nuevos en la newsletter

Cuando arranqué la newsletter lo hice con una sola intención: darle a la posibilidad a otros usuarios de seguir el contenido este blog de una forma diferente que pretende no ser abusiva. Los siento, pero no consigo acostumbrarme a usar feedly y me gusta dar lo que me gusta recibir.

La newsletter no es una colección de mails sino un servicio para que los lectores sigan el contenido, por tanto no me vuelvo loca en la captación, hay un formulario al final de cada post, pero de verdad que no quiero obligar a la gente a suscribirse, ni llenar el blog de banners, ni sacar correos de donde no debería sacarlos.

¿Crece lentamente mi lista de suscriptores a la newsletter? Sin duda, pero no me importa, de verdad. Es como el tráfico del blog, que se suscriba/ lea el contenido quien realmente esté interesado. Con eso para mi es más que de sobra.

Quiero dejar claro que esto es una opción personal, no la opción acertada.

No me voy a forrar con el blog

Ya está, lo he decidido. Ya sabéis muchos que sí gano dinero con el blog (tengo post patrocinados, no es un secreto). Esa monetización no compensa con el número de horas que yo trabajo en el blog, pero no importa, porque realmente no quiero forrarme con el blog. Si gano algo pues genial, si no gano nada pues genial también. Mi objetivo con el blog no es ganar dinero, no voy a vivir de este blog.

Creo que cuando un blog nace con el único objetivo de monetizar se nota, se respira ese tufillo a «querer gustar» más que a «disfrutar de lo que se escribe». Esos blogs nunca me han parecido transparentes, el contenido siempre me hace dudar.

Los blogueros que intentan forrarse con el blog son como los presidentes que entran a la política para forrarse, puede que caigan en la corrupción.

Esto no significa que sea siempre así, hay políticos que se forran y no son corruptos (o eso espero), y seguro que hay blogueros que son íntegros y monetizan su blog. Puede que no quiera tener más complicaciones en la vida y que para mi esto esté más cerca a la diversión que al trabajo. Por lo que sea, no voy a hacer un análisis intenso, simplemente sé que no quiero llegar a ese punto. Me planto aquí, que es donde estoy siendo feliz.

Quiero dejar claro que esto es una opción personal, no la opción acertada.

Como veis he repetido varias veces que «quiero dejar claro que esto es una opción personal, no la opción acertada» porque sí existen blogs que buscan monetizar, algo que me parece perfecto, al final escribir en un blog lleva un trabajo detrás. Para monetizar el blog tienes que ganar cada vez más tráfico, más seguidores, más suscriptores… es respetable, pero no es lo mío.

Ya lo he intentado y lo que era una diversión se convirtió en un trabajo. No quiero eso.

Imagen Ivelin Radkov