Mi perfil en Linkedin es un desastre

Posiblemente el titular de este debería ir acompañado del emoji del mono que se tapa los ojos, más que nada porque no me siento orgullosa de tener un perfil de Linkedin descuidado. Pero es la realidad, en casa del herrero cuchillo de palo.

Si empezara a enumerar las cosas que hago mal en Linkedin posiblemente no acabaría, pero sí hay algunas que son lo que más me persigue.

  • No entro nunca. El principal motivo es porque no me parece útil como herramienta de curación de contenidos. Vamos, que si quiero actualizarme entro en Twitter, reviso mi Facebook, entro en mis blogs de cabecera o entro en el lector RSS. Pero Linkedin no me aporta nada.
  • Acepto a todo el mundo. Como si fuera un directorio simplemente. No he filtrado porque no conozco a nadie. Solo no acepto a las empresas, a los que tienen un puesto muy raro y a los que no tienen foto. Es mi único criterio. ¿Podría haber aceptado solo a los que conozco? ¡seguro! pero esos ya están en Facebook o Twitter.
  • No actualizo con cosas de actualidad. Ni tan siquiera de mi blog. Se me olvida, no me trae tanto tráfico realmente, así que no le doy importancia.
  • Respondo a los mensajes. Y aunque esto parece positivo, respondo a los que me mandan spam para dejarles claro que lo que me mandan no me interesa. Creo que si todos respondiéramos, se pensarían dos veces mandar cosas por mandar.
  • No me uno a grupos. Lo hice en su momento y era una forma de recibir más notificaciones. Una locura en la que, al final, no conseguía consumir un contenido relevante. No son los grupos, soy yo.
  • No leo las newsletters de Linkedin. Ahora no busco cambiar de empleo ni me interesa saber quién ha mirado mi perfil. Si solo lo ha mirado, y no me ha escrito, es que no es relevante ahora mismo. Las que sí miro son las de cambio de trabajo de mis contactos, para ver dónde anda cada uno.
  • No me gusta el tono generalizado de Linkedin. Solo veo sonrisas radiantes, como las de la foto del DNI. La gente no escribe con naturalidad, escribe como si estuviera en un congreso de eruditos. En teatro (en concreto en la Commedia Dell’Arte la llamamos Dottore). No me gusta, no me parece auténtico en general.

Después de confesar todas mis malas prácticas en linkedin supongo que la pregunta es ¿y por qué sigues en Linkedin? Pues, porque aunque parezca una tontería, sí me parece interesante.

Una vez, cuando estaba estudiando el MBA, un profesor de contabilidad, el primer día de clase al pasó lista fue diciendo las cosas que había encontrado en Google de nosotros. Él sabía de qué iba mi proyecto fin de carrera, que hacía malabares y que había programado Legos entre otras cosas. Eso da miedo, y es cuando empiezas a plantearte qué quieres que vea una persona que te busca en Google. Yo he creado un blog, pero si no hubiera sido así, hubiera querido que, al menos viera mi CV. Solo por esto ya merece crearse un perfil en Linkedin.

Sí, no actualizo ni filtro a quién acepto, pero es cierto que tengo un directorio. Más de una vez he buscado a una persona que trabajara en una empresa concreta y, gracias a Linkedin lo he conseguido. Es más, el algún momento que he cotilleado alguna oferta de trabajo, he visto la gente que trabajaba en esa empresa. Eso merece la pena.

Está bien, no creo en el networking de Linkedin, ni me suelen interesar los mensajes que me mandan. A cambio me han contactado de muchos congresos (es más, la primera clase que di fue por un contacto de Linkedin, José Cantero). Teniendo un perfil en Linkedin, doy la opción a la gente de que me contacte. Para lo bueno y para lo malo, pero también para lo bueno. Eso merece la pena.

Por último, cuenta con un buscador de empleo muy cualificado. Eso sí, los procesos digitales de búsqueda de empleo creo que están bastante saturados. Vamos, que me parece bien para ver que hay una oferta publicada y se busca alguien, pero siempre merece la pena buscar contactos comunes o formas disruptivas de presentarte. Eso también merece la pena.

Supongo por tanto que un buen uso de linkedin, hace que todos tengamos una herramienta interesante. Yo la primera 🙂
Imagen Gamegfx

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5 thoughts on “Mi perfil en Linkedin es un desastre

  1. LinkedIn es ese gran abandonado por tantos de nosotros… Yo lo tengo asociado a Buffer y comparto los posts… y no mucho más, la verdad. Tus definiciones se pueden calcar al uso que le hago yo también..

    1. Algún día lo haremos bien. O no 😛

  2. Es verdad, LinkedIn (esta es mi opinión) es la herramienta más útil para los perfiles profesionales pero la más aburrida y sosa comparada con las demás.
    He comenzado hace poco a seguir tu blog pero seguramente iré comentando tus artículos, me parecen muy interesantes y «naturales».
    Un saludo!

  3. Mi Linked también es un poco olvidado. No he aprendido a usarlo. Por lo que, agradezo este artículo.
    Mi nombre es Gustavo Eduardo Periche. Soy escritor y motivador. Mentor de la Felicidad. Mi blog es http://despiertavida.com/blog/

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