Cuando entras a trabajar en una ONG sabes que algún día habrá una emergencia. Lo que nunca, o casi nunca, sabes es cuándo.
Nepal ha sido la primera, y he necesitado un mes para sentarme a reflexionar sobre lo que había vivido.
El sábado 25 de abril venía gente a mi casa. Me levanté temprano y me puse a cocinar con la tele de música de fondo. Entra las alitas y los cake pop que preparaba escuché la noticia del terremoto. Me senté en el sofá, mi cabeza ya estaba pensando que posiblemente esto fuera grande. Abrí el ordenador confirmando si Nepal era uno de los 120 países donde Save the Children tenía presencia. Así era.
Fui a por el móvil de trabajo y empecé a ver cómo entraban correos. Al principio pocos, no es fácil tener información tan rápidamente. Mientras en las noticias subían de 300 muertos a 500 muertos (al final han sido 8.500) yo escribía a María Butera, jefa de digital en Save the Children e iniciaba sesión en twitter, preparando los primeros tuits.
Ese día poco podíamos hacer. Es difícil saber el grado de la emergencia si no sabes la magnitud de los daños. Mientras solo me dedicaba a mirar el móvil constantemente y escaparme al ordenador para poner algún tuit más.
El domingo tuvimos más información. Nuestros compañeros estaban a salvo. Es difícil explicar ese sentimiento de apego que existe, aunque no les conozcas en persona. Al final es gente que da su vida para proteger a la infancia, es gente que siente las cosas como tú las sientes. A partir de ese punto, cuando ya se sabe la categoría que tiene la emergencia se desencadena un plan de emergencias fijado. Cada uno sabe lo que tiene que hacer y en menos de 2-3h está todo listo. Landing de emergencia, formulario de donación, redes sociales, Email, SEM… cada uno con su función, y todo de manera coordinada.
Lanzar la emergencia no es lo más difícil. Hemos estado un mes hablando de Nepal de manera constante, pero las primeras semanas eran sin duda las más complicadas: en emergencias los primeros días son vitales y conseguir los fondos para terreno es tu misión. Algo distinto a lo que había hecho hasta ahora. No vendes nada, pides. Pides para otros. Y cuando pides para Nepal lo haces sin darte apuro. Muchos podemos dar dinero, no nos supone tanto. Aunque a los Gobiernos les cueste dar lo que les tocaría.
Cada tuit importa, porque puedes llegar a una persona más si consigues el retuit adecuado. Optimizar una campaña de publicidad puede ser algo muy relevante. Un mal copy lo puedes llegar a ver como pérdidas. Probar, probar, probar. Analizar, analizar, analizar. Este mes ha sido triste, pero he descubierto el valor real del trabajo en una ONG. También me he esperanzado con la generosidad de la gente (si habéis donado a alguna ONG o sois socios o similar solo deciros gracias, en terreno los materiales llegan como agua de mayo).
Reconstruir lo que ha ocasionado Nepal llevará años, pero nosotros, como dice David del Campo, somos los primeros en llegar y los últimos en irnos. ¿Y ahora? Prepararse para el monzón a nivel profesional y prepararse a nivel personal a la frustración que puede llegar a provocar no ser capaz de cambiar el mundo. Sin dejar de intentarlo. Día a día.
Imagen Save the Children
Tu capacidad de síntesis para este articulo fue sublime!! Gracias por todo ese trabajo maravilloso que haces día a día, aunque sean muchos los malos, los pocos buenos podemos hacer la diferencia.
Un abrazo desde Venezuela
Muchas gracias por tu comentario jose! 🙂
Buenas tardes.
Hace relativamente poco tiempo que me he interesado por el mundo de los blogs, siendo el tuyo el único que miro regularmente. Me gustó ver que habías entrado en Save The Children ya que yo trabajo en otra ONG (Médicos del Mundo).
Este post me ha gustado especialmente y por eso aprovecho para felicitarte tanto por tu blog, como por la entidad que ayudas a mejorar aún más.
Un saludo.
Muchas gracias Sergio, y a por todas, compañero 🙂