Entras en el teatro, te sientas, y ves lo que podría ser un edificio en obras, un callejón descuidado.
Aparece en escena alguien dispuesto a poner orden, a limpiar las tablas. De la escoba empieza a surgir un ritmo que forma la base de una melodía. Bienvenidos a STOMP.
Una obra en la que la música se crea y se transforma. Cualquier objeto es susceptible de ser el detonante de la siguiente escena.
El Teatro Calderón ha reabierto con esta magnífica obra que ya estuvo hace años programada, y que es una oportunidad única de verla si te la perdiste, o de volver a verla, porque es ese tipo de obras que no importa volver a verlas.
Una de las grandes características de este grupo, algo que le diferencia de cualquier otro grupo de percusión, es el humor. Los distintos actores tienen totalmente definidos los roles cómicos y hacen que el tiempo que dura la propia obra de teatro, se haga aún más amena si cabe.
Amantes del ritmo, tenéis hasta el 13 de septiembre.
El tipo de espectáculo que presenta STOMP hace que ocupe prácticamente todo el escenario, pero al tener varios músicos/ actores en escena repitiendo gestos similares, el número de butaca no es especialmente relevante (como siempre mejor centradas) El Teatro Calderón tiene un patio de butacas reclinado, es decir, desde las últimas butacas se ve bien, incluso mejor que desde las primeras filas del patio.
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