Hace pocos días Aena anunciaba que iba a cambiar los mensajes de la megafonía para que fueran inclusivos.
En Aena estamos trabajando para implantar el lenguaje inclusivo en la megafonía de los aeropuertos de la red, eliminando el “señores pasajeros”. Ahora, los mensajes tendrán un carácter neutro.
— Aena (@aena) 1 de marzo de 2019
🔊 Escucha aquí el antiguo mensaje y a continuación el nuevo: https://t.co/cLMEzhs9fO. pic.twitter.com/UCrNpVzl6I
Honestamente alabé esta medida porque me parece enriquecedora y positiva para la visibilización de la mujer. Pero sobre todo, porque no hace daño a nadie. Y si alguien se ve afectado que me justifique su respuesta.
A partir de ese momento fue víctima de bastantes descalificaciones.
Algunas de ellas eran simples bromas en las que me decían que si solía perder los aviones porque no me llamaban. Otras eran insultos reales.
Mi problema no es que me insulten (os podéis imaginar que estoy más que acostumbrada). Mi problema es que de verdad haya gente que se oponga a una serie de medidas que no hacen daño a nadie.
La única justificación que encuentro es que puedan tener miedo a la pérdida de privilegios. Porque sí, los hombres tienen privilegios por ser hombres. Hay que visibilizarlos y hay que acabar con ellos para que realmente exista la igualdad. Y si de verdad no lo crees te dejo #MilMotivos más.
¿Cómo empecé a pensar en el lenguaje inclusivo?
He estado cuatro años trabajando en Save the Children y viendo cómo, pese a que los niños y las niñas son los más vulnerables, si eres niña tu vida será mucho peor. Igual que si eres de una raza o religión distinta a la mayoritaria, si vives en un país en conflicto o si sufres alguna discapacidad.
La vida es así. El hombre es más fuerte que la mujer, igual que el heterosexual por encima del homosexual y que el blanco por encima del negro. Por eso algunos criterios como las cuotas hacen que las personas más vulnerables tengan más oportunidades. Y sí, yo entendería que contratasen a una mujer negra antes que a mi porque ella seguramente tenga menos posibilidades.
Hace cerca de un año pude asistir a un evento de IxDA donde una maravillosa mujer, Ros Mayo me explicó que hay detalles comunicativos que hacen que un copy sea inclusivo o solo se refiera a un 50% de la sociedad.
De verdad quiero dejaros este artículo porque me parece muy sencillo de entender. Ya no estamos hablando de feminismo, que también, sino de la experiencia de las usuarias. ¿Tanto cuesta decir “te damos la bienvenida” en lugar de “bienvenido”?
¿Qué hay detrás del lenguaje inclusivo?
He de decir que soy una recién llegada a esto. Vamos, que si buscáis en mi blog y en mis redes encontraréis que constantemente uso el masculino genérico. A cambio en muchos de los textos que he escrito en Save the Children y en mis docencias la historia cambia.
Detrás del lenguaje inclusivo está el cómo visibilizamos al otro 50% de la sociedad. Y, lo dicho, no es una cuestión de destrozar el diccionario o de ir en contra de la economía del lenguaje. No tenemos por qué hablar otra vez de los portavoces y las portavozas.
Pero tendremos que ir más rápido que la RAE si es necesario (y por ese tipo de motivos existe la fundeu). Porque de verdad es necesario que cambiemos la forma en la que hablamos y visibilizar a las mujeres. Lo que no se nombra no existe, y por eso no existe una palabra en nuestro amado idioma para los padres que pierden un hijo, porque no se quiere hablar de ello.
Solo aviso, después del feminismo vendrán otras guerras lingüísticas en las que seguiremos hablando sobre cómo seguir haciendo más correcto nuestro idioma para incluir a más personas. Y yo de verdad espero poder estar ahí.
Abro comentarios. Pero como siempre, si no eres respetuoso o respetuosa, no aprobaré tu comentario.
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Hola Clara, coincido totalmente en tu reflexión. La mejor forma de fomentar el lenguaje inclusivo y no generar incomodidades, que pueden llevar al rechazo de parte de la población, es utilizar formas que nos suenen a todos naturales y nada forzadas.
El desdoblamiento de género no parece ser la mejor opción, pero usar expresiones como la que propones es la solución ideal.
Además, hay que evitar usar «@», «X», «os/as», «e», etc. puesto que pueden generar confusión a las personas que por diferentes motivos necesiten usar ciertas tecnologías de asistencia. Es muy absurdo que pese a contar con la mejor de las intenciones el uso de estas fórmulas inclusivas realmente generan exclusión de parte de la población.
Gracias por tu mensaje 🙂