Definir qué es el contenido ha sido, de lejos, una de las cosas más costosas que he hecho en mi carrera profesional. Me lo puse como reto cuando empecé a escribir el libro de «Estrategias y marketing de contenidos» y, sinceramente, re-escribo esa definición con mucha más frecuencia de la que me gustaría.
Los contenidos para mi lo son (casi) todo. Son las palabras que lees, las imágenes que tienes en tu cabeza cuando visualizas el mundo, una foto, la conversación con la persona que te vende el pan, el reloj que te marca la hora y el WhatsApp que te acaba de entrar en este momento. El contenido nos rodea y a la vez da sentido a la realidad que percibimos permitiéndonos compartirla con otras personas.
El contenido son más que palabras. Podemos verlo como pequeñas unidades en distintos formatos. Texto, vídeo, imagen, icono, audio… y pensar en estas unidades como pequeñas piezas de un puzzle que se pueden (o no) juntar con otras piezas para formar un todo. También puede tener sentido solo.
Mi (sana) obsesión por entender el contenido, por analizar cómo una conversación con una persona usuaria puede generar una experiencia o cumplir un objetivo, me ha hecho centrarme en el texto escrito los últimos años. En mi caso, en el libro y en el blog.
Confieso que, desde que publiqué el libro, no he escrito casi de marketing, como si esta investigación teórica hubiese llegado a un camino cortado. Una especie de bloqueo. Por otro lado, he tenido la suerte de poder escribir de otras experiencias personales, como mi maternidad, en 78 milímetros (el tamaño que tenía Gabi la primera vez que escuché su corazón). Este blog recibió el premio madresfera este año.
Reconectarme tras la desconexión
Mi maternidad ha marcado un punto de inflexión brutal a nivel vital. Han cambiado muchas cosas y ya no soy la misma. No me siento igual, y seguramente no sea igual. Ni como persona, ni como profesional. (Por matizar, me siento mucho mejor)
Por eso, este parón de desconexión ha sido una oportunidad para volver a encontrarme conmigo misma. Para auto-conocerme. Y una vez de vuelta, para mostrarlo de la mejor manera que he podido.
Cambio de identidad visual
Empecemos por el logo, tipografía y colores. Veníamos de un logo bastante antiguo. Este logo tenía ciertos elementos que siempre me han gustado como el color o el “CÁ” con su correspondiente tilde. Pero había otros que ya no me representaban, como una tipografía picuda o un bocadillo de comunicación con textura.
Tuve la suerte de conocer a Arantxa del Pino, que ha trabajado por entender la perspectiva que quería mostrar: la profesionalidad que haría que muchos elementos fueran más ligeros y la cercanía que buscaría formas redondas. Sin perder carácter, con la tilde bien puesta sobre la letra A. Creo que nos entendimos a la perfección y mi nuevo logo, con sus distintas versiones está listo.
La marca no es solo un logo, sino que veréis esos colores y tipografías en más elementos… desde publicaciones en mi Instagram (de carácter más divulgativo que me habéis comentado que os gustaría ver), hasta en presentaciones que haga a partir de ahora.
Gracias Arantxa.
Cambio de imagen
Continuamos con las imágenes. Las fotos que tenía en la web eran un refrito de distintas cámaras, distintas ubicaciones… eran en definitiva “fotos en las que salía mona”. Por fin me tomé un tiempo con Noelia Jimenez y su precioso proyecto de @Escribotuluz para poder renovar las fotos con traje de chaqueta y poder añadir un poco de luz y color a mi web.
He de decir que este proceso me costó bastante porque no tengo claro cómo visto en este momento. Pero sí sabía que buscaba luz, espacios diáfanos y colores vivos. Noelia me ayudó mucho, encontramos un lugar genial para las fotos y fuimos montando los sets poco a poco con elementos que me representasen. No voy a sacar todas las fotos de golpe, aunque muchas las podéis ir encontrando en la web y en redes sociales.
Por cierto, hay algún proyecto que verá la luz en los próximos meses que tiene unas fotos muy chulas. Pero hasta aquí puedo leer hoy.
Empieza una nueva etapa
Que en realidad es una continuación de la misma que llevamos compartiendo línea a línea, solo que con otra energía renovada que me hace querer compartir y seguir investigando sobre ciertos conceptos.
Te doy el relevo en la conversación. Cuéntame cosas en comentarios… ¿Has tenido procesos similares? ¿Cómo vives los rediseños? ¿Qué te parece lo que has visto hasta ahora?
Me gusta mucho. Ningún cambio radical, pero un acercamiento cada vez más hacia tu identidad real.