Cuando alguien aprende a conducir y mete la pata siempre decimos la misma frase, «¿dónde le habrán dado el carnet de conducir?». Igual me pasa con los políticos y twitter, que creo que la gran mayoría no debería tener twitter, o al menos no gestionarlo directamente.
Y me da pena, no os creáis, porque un político que sepa escuchar a una audiencia respetuosa, tendría mucho valor para la sociedad. Pero ni somos respetuosos en twitter, ni los políticos saben escuchar (y desgraciadamente no hablo sólo de la escucha digital, sino de la escucha social).
Pero empecemos por el principio…
Sobre que todos los políticos deben tener twitter
Nos volvemos locos con la presencia en redes sociales y, en muchas ocasiones, el lanzamiento de las cuentas de los políticos en twitter son auténticos desastres. Podemos empezar por la dudosa procedencia de los seguidores, en el caso de algunos políticos podemos ver que el ansia por no estar a cero en twitter hace que sospechemos.
También es digno de mención el nombre con el que salen en redes sociales, como el caso de Arias Cañete (@Canete2014_) que da a entender que, después de 2014, Cañete cerrará su cuenta. Cuando acaben las Elecciones Europeas y él se encuentre cómodamente en su sillón. Total, no es el primero.
En ocasiones esto se debe a un problema de gestión personal (sé que es difícil, pero hay que aprender que cuanta más notoriedad tienes, más criticas vas a recibir), otras veces es más un problema de falta de estrategia y otras veces simplemente «te acaba dando igual», ya has hecho tu promoción, para qué mantener este canal abierto. También es cierto que algunos saben volver.
Sobre el límite entre lo personal y lo profesional
El fenómeno del oversharing, o que las personas relevantes no sean conscientes de que en twitter se exponen. Si un político sale una noche, se emborracha, y un periodista lo ve, todos sabemos que al día siguiente tenemos una noticia de última hora en todos los medios. También si se deja un micrófono abierto y acaba diciendo una barbaridad.
En twitter es igual, hay que saber diferenciar lo personal de lo profesional, las fronteras de esto que llamamos «marca personal».
Una vez aprendido esto, es el momento de tener claro que no debes burlarte de los futbolistas (ya que su atractivo físico no es lo que nos importa), pero tampoco usar eso como ataque en una campaña electoral, definitivamente puede ir en tu contra.
Pocos políticos se libran de no saber diferenciar sus cuentas personales (que no existen, lo siento) con las institucionales. La diferencia es que en algunos casos es más hiriente todavía y más después de ciertas declaraciones.
No cuento nada nuevo, al final los famosos la pifian en twitter un día sí y otro también. Posiblemente lo que más miedo me da no es la factura que les pasa a nuestros políticos actuales, es la que le pasará a nuestros futuros políticos, definitivamente la presencia online es algo que no se enseña en los colegios.
Sobre twitter y el éxito social
Porque hay muchos otros políticos que a cambio sí han sabido utilizar su twitter. Los dos casos que me parecen más importantes son los de @AGarzon y @Pablo_Iglesias_, que han surgido y han ganado popularidad.
Cuentan con algo a favor a parte de lo mediáticos que son, sobre todo Pablo Iglesias, que utiliza el término tertuliano junto al de profesor de Ciencias Políticas, dos nombres que rechinan entre sí. A su favor tienen que las redes sociales no son una representación uniforme de la sociedad, en este artículo de 2011 que escribió Jose Carlos León, comparó el impacto en redes sociales de las últimas elecciones con los resultados electorales para demostrar que no se correspondían, la tendencia política de twitter no es la de las urnas.
No solo eso es algo a su favor, también ser capaces de gestionar las críticas, no hay más que pasarse por sus menciones y ver que no todas son positivas. No solo él, sino periodistas que han recibido insultos, es decir, esto no va de colores, va de saber cómo gestionarlo, cómo minimizar su impacto.
Sobre comunicar ¿mal? las ideas
Y pongo «mal» entre interrogantes porque en ocasiones no es solo un problema de comunicar mal, es un problema de comunicar lo que crees. Así fue como Cañete hizo un comentario desafortunado y en redes saltó la chispa hasta el trend topic. Por supuesto, la manera de arreglarlo no fue la mejor.
No solo él ha sido el que ha demostrado una falta de cultura o un comentario fuera de lugar. No hace falta que recordemos lo crédulos que son otros políticos tuiteros o cuando meten la pata no una, ni dos o tres veces, sino más, muchas más.
Os deseo este domingo mucha suerte a todos, en el fondo vuestra presencia en redes es lo que menos me importa, aunque sea un reflejo de vuestras actuaciones al frente tanto de gobiernos como de oposiciones.
Actualización 27 de mayo de 2014. Creo que este tuit resume el post entero:
De verdad que no me puedo creer que ni Cañete ni Valenciano hayan vuelto a Twitter desde las elecciones ni tan siquiera a dar las gracias.
— Ícaro Moyano Díaz (@viejomoeb) Mayo 27, 2014
Imagen pinkypills
Clarita, no estoy de acuerdo en que no deberían tener twitter. Lo que deberían (qué cosas digo) es ser lo suficientemente honestos o humildes como para formarse de algún modo en lo que implica su uso, tal como «aprenden» a comportarse en otros medios, a hacer declaraciones o entrevistas…
El problema que tienen es que, es tan triste el asunto, que los políticos son de las personas que están menos acostumbradas a una comunicación bidireccional*, y se les va de las manos. Muy lamentable, la verdad… Y con esto no quiero justificar de ningún modo el «troleo» de muchos usuarios, simplemente es hacer lo que bien dices de «saber cómo gestionarlo, cómo minimizar su impacto.»
¡Besos!
*Bidireccional con votantes, no entre sus colegas del mismo partidos o los toma-dame del Congreso o las preguntas pactadas con periodistas….
Bueno, bueno, no digo que los políticos no deban estar en twitter!!! Digo que lo hacen mal, que para eso que no estén 😉
La verdad da muchos debate el tema de twiter y políticos, parece que son más sensibles a las redes sociales que los «artistas» por ejemplo, teniendo todos una parte de vida personal y profesional ¿diferenciada?. Buen post
Clara, un post para enmarcar, de la primera a la última palabra, del primer al último ejemplo.
Como conclusión me queda que los partidos mayoritarios no entienden qué es Internet, las redes sociales ni la nueva sociedad que estamos creando, y cuando se den cuenta les va a pasar como a las discográficas: que van a llorar y culpar a otros de su propia negligencia al dormirse en los laureles y no saber adaptarse a los tiempos.